Mauricio Bonilla - Consumir con Criterio
La importancia compartida entre ser un buen cliente y una buena empresa con un buen producto.
Sandberg, J. (2023). The Hidden Cost of Free Returns in E-commerce. Harvard Business Review. Recuperado de hbr.org. López, R. (2022). Cómo afectan las devoluciones gratuitas a los pequeños negocios. Revista Emprende. Apple Inc. (2021). Guía para el uso responsable de datos tras el lanzamiento de iOS 14.5. Recuperado de apple.com. Digital Advertising Alliance (2023). The Effects of Privacy Changes on Ad Efficiency. White Paper. Gómez, A. (2022). El costo oculto de los clics sin intención de compra.
11/19/20244 min read
La importancia compartida entre ser un buen cliente y una buena empresa con un buen producto.
Por: Mauricio Bonilla (@maubonila.s)
En el mundo del comercio actual, tanto clientes como empresas enfrentan retos significativos que afectan directamente los precios finales de los productos. Desde el impacto de los costos de venta, la percepción errónea sobre la privacidad digital, hasta los hábitos de consumo poco responsables, cada elemento juega un papel crucial en el equilibrio del ecosistema comercial. Este artículo busca desmenuzar estos temas y reflexionar sobre cómo nuestras acciones, como consumidores y comerciantes, pueden contribuir a un mercado más justo y accesible.
Altos costos de venta de los vendedores que se traduce en un precio de producto alto:
El comercio digital surgió como una alternativa económica y accesible, con menores costos fijos en comparación con las tiendas físicas tradicionales que se traducía a precios de productos más bajos. Sin embargo, este escenario ha cambiado drásticamente debido a factores como devoluciones frecuentes. Cuando un cliente pide tres artículos con la intención de quedarse solo con uno, el comerciante debe absorber el costo de envío, reempaque y almacenamiento de los productos devueltos. Aunque las devoluciones "gratuitas" parecen un beneficio para los consumidores, son un golpe financiero para los vendedores, quienes terminan trasladando esos costos al precio final de sus productos.
Por ejemplo, si compras ropa por Amazon y devuelves varias prendas para "probar", cada devolución conlleva gastos operativos. Estos costos no desaparecen; se distribuyen entre todos los clientes en forma de precios más altos. Este fenómeno no solo incrementa los costos para pequeñas y medianas empresas, sino que también refuerza la concentración de mercado en grandes corporaciones que pueden absorber mejor estas pérdidas. El resultado: un comercio menos competitivo y más caro para todos.
Lo que nos metieron en la cabeza sobre la privacidad digital
La publicidad digital ha evolucionado, pero NO sin tropiezos.
Con la actualización de iOS 14.5, que limitó significativamente la capacidad de rastrear datos, las empresas enfrentan nuevos desafíos para llegar a sus clientes ideales. Antes, con información más precisa, un anunciante podía gastar por ej. $10 USD en publicidad para vender un producto. Ahora, con datos más limitados, ese costo puede escalar a $40- $80 USD o incluso más. Este incremento se traduce en productos más caros para los consumidores finales (Sí, entre todos estamos pagando ese incremento de costo publicitario).
La idea de que "Facebook Google y Amazon nos espían" es totalmente falso. Se ha fomentado una desconfianza injustificada en el uso de datos. Los datos que las empresas recopilan no son información personal explícita, sino patrones y tendencias (parecido a como se veían las pantallas que salían en la película de Matrix) que ayudan a optimizar campañas publicitarias. Sin esta eficiencia, las empresas deben invertir más recursos para encontrar a su público objetivo, lo que aumenta los costos y, nuevamente, los precios de los productos. Como consumidores, es fundamental entender esta dinámica y reflexionar sobre las políticas de privacidad que, aunque bien intencionadas, han complicado la sostenibilidad del comercio digital.
No ser un buen cliente
El comportamiento del cliente tiene un impacto directo en los costos operativos de las empresas. Aquí hay tres prácticas comunes que generan costos innecesarios:
Dar clic sin intención de compra: Cada vez que hacemos clic en un anuncio sin intención real de comprar, generamos un costo para el vendedor. Por ejemplo, si un clic cuesta $3 USD y 10 personas hacen clic sin comprar, el comerciante pierde $30 USD. Aunque no se espera que cada clic resulte en una compra, es importante ser responsables y clicar solo cuando exista un interés genuino. Esto no solo ahorra dinero a las empresas, sino que contribuye a mantener precios bajos en los productos.
Ignorar al equipo de atención al cliente: Cuando pedimos información y dejamos al representante de ventas sin respuesta, no solo generamos un costo publicitario, sino también un costo operativo. Cada interacción no completada implica tiempo y recursos desperdiciados, lo que incrementa los gastos de la empresa. Una respuesta concreta puede marcar la diferencia y contribuir a no elevar los precios finales de los productos.
No leer la información disponible: Muchas veces, la información esencial está claramente expuesta en los anuncios o publicaciones. Preguntar "¿precio?", "¿cobran envío?" o "¿para qué sirve?" cuando estos datos ya están disponibles genera un desgaste operativo innecesario (ya que el operador es un costo). Esto es especialmente común en plataformas como Facebook Marketplace, donde los vendedores detallan la información pero los compradores la ignoran. Leer antes de preguntar no solo ahorra tiempo, sino que ayuda a mantener bajos los costos de operación que se traduce en menor precio final en los productos.
Reflexión final
El propósito de este artículo no es criticar ni señalar a nadie, mucho menos hacer sentir mal. Como fabricante y vendedor de diversos productos, considero fundamental que todos comprendamos las razones detrás del valor de las cosas, el constante aumento en los precios y la creciente dificultad para que el dinero rinda. Estas prácticas, aunque a menudo pasan desapercibidas, terminan afectando principalmente a las pequeñas y medianas empresas, que enfrentan mayores retos para mantenerse operativas. En muchos casos, esto las lleva al cansancio y al cierre definitivo.
Cuando las pequeñas y medianas empresas desaparecen, el mercado queda dominado por grandes corporaciones que, al no enfrentar competencia, pueden establecer los precios que deseen. Este fenómeno se observa en sectores clave, donde 10 compañías como Unilever, P&G, Mars, PepsiCo y Coca-Cola controlan más del 90% de los productos que consumimos a diario.
Ve quién controla todo lo que consumimos:
Contenido del artículo
¿Por qué sucede esto?
Porque no apoyamos lo suficiente a los negocios más pequeños. Al hacerlo, no solo permitiríamos una mayor diversidad en el mercado, sino que evitaríamos que las grandes empresas no solo dicten los precios, sino también determinen los ingredientes y la calidad de los productos que consumimos.
Optar por prácticas de compra más responsables, especialmente en temporadas de alto consumo como Black Friday y Navidad, puede marcar la diferencia. Al apoyar a pequeños y medianos negocios, le damos una oportunidad a un mercado más diverso y competitivo, alejándonos del monopolio de grandes corporaciones. Ahora que conoces estas dinámicas, ¿estás listo para ser un cliente más consciente y contribuir a un comercio más justo?